noviembre 01, 2007

Conclusión

En los años que le siguieron a la segunda guerra mundial, los países de América Latina conocieron regímenes populistas, dictatoriales, golpes de Estado y represiones.
Después de 1930, Argentina, tras la resolución de la crisis económica atravesó una etapa de prosperidad. Hubo inversiones del Estado, estimulo a la industria local, expansión del mercado externo.
Sin embargo, no había derrame hacia los sectores más pobres y carenciados.
Fue Perón quien, con adherentes y opositores, redistribuyó la riqueza de manera más equitativa.
Esto le generó la antipatía de los actores sociales que se vieron perjudicados por las nuevas políticas sociales y económicas pero también le granjeó el amor de aquellos que vieron en el peronismo la corriente política que los incluía en la
Sociedad Argentina.

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“…Por esa razón, es necesario que todos los trabajadores argentinos sean, permanentemente, difusores de nuestra doctrina. Que sean ellos los millones de verdaderos predicadores que la Patria necesita para elaborar su triunfo final…” Juan Domingo Perón.